Soy un hombre de 25 años cumplidos hace poco. Tengo el pelo moreno, un poco ondulado, y con necesidades cada vez más acuciantes de un pelado. Tengo perilla y barba de tres días, ya que suelo afeitarme una vez en semana, a veces dos... cosa que no incomoda a mi pareja, por lo que a mi tampoco. Tengo una creciente barriga, debida principalmente a que no hago nada de ejercicio, cosa que pretendo cambiar en breve. Según cierta personita tengo unos ojos muy expresivos, y la verdad es que en general soy muy dado a las muecas.
Por lo general soy una persona tranquila, salvo cuando el estrés me ataca, que suelo morder a quien menos lo merece. Antes me consideraba muy paciente, pero creo que conforme me hago más mayor pierdo la paciencia más rápido. No suelo hablar de mi, aunque tenga muchísimos problemas me los guardo para mi, y cuando quedo con amigos siempre tengo una sonrisa que dedicarles. Doy el beneficio de la duda a todo el mundo, no puedo decir que alguien me caiga mal. Puede que no me guste cosas de alguien, pero no tengo a nadie metido entre ojo y ojo. Creo que todos tenemos algo bueno, y no hay que juzgar a las personas únicamente por lo que vemos de ellos.
Es por eso quizá, que lo que más odio en este mundo es la hipocresía. Considero que nunca he sido hipócrita con nadie, mis sonrisas son sinceras. Si alguien de verdad me cae mal, se me nota. Si no estoy a gusto con alguien o en algún lugar, se me nota. Y la gente hipócrita me mata. Me quema por dentro. A todos los niveles. De hecho, me duele muchísimo ver a gente actuar con hipocresía con otros, o incluso conmigo. Esa gente te dice cosas desde la lejanía que te suenan bien, que parece que son positivas. Pero después por tu espalda te ponen vestido de limpio. O lo que es peor, cuando se encuentran contigo, hacen notar que aquello que te dijeron o que te indujeron a pensar es una farsa. Inclusive no se preocupan en ocultar que fue una farsa, e inducen a otros hacia su
lado oscuro. Eso sí, cuando los miras a los ojos, te dedican una sonrisa forzada y vuelven la vista hacia otro lado, hacia otra conversación. Esto de la hipocresía es un tema en el que profundizaré más en otro post, pero simplemente decir que aun siendo algo superior a mi entendimiento, realmente no me sale enfadarme con un hipócrita. Y no sé si me duele más la hipocresía, o el no poder enfadarme con el hipócrita.
Aparte de esto, soy una persona que intenta que los de alrededor se encuentren bien, a gusto, incluso a pesar de mi propio bienestar. Me gusta divertirme, pero más me divierte ver que otros se divierten conmigo, junto a mi. Suelo ser jovial, aunque mis bromas suelan ser muy malas, y además no sé contar chistes (eso si me acuerdo de alguno). Porque ese es otro tema, mi memoria de pez. Tengo una memoria limitada, y olvido fácilmente cosas que pueden ser incluso claves. Soy malísimo para las fechas, e incluso para las que son importantes a veces mi memoria ha fallado. Y sé que por culpa de eso, puedo haber defraudado a más de uno, pero al menos espero que entienda mis carencias, y que en la vida ha sido con mala intención. Lo siento, de todo corazón. Soy así, comprendedme.
Quizá este problema esté relacionado con que no cuido demasiado a mis amigos. Y no es algo de lo que me sienta particularmente orgulloso. Desde que me vine a Sevilla, principalmente, el contacto con mis amigos ha ido menguando. No creo que sea exclusivamente culpa mía, pero asumo mi parte de culpa. Al menos espero que ellos sepan que están muy dentro de mi corazón, y que bien que me gustaría no ser tan cerrado, ni estar tan ocupado, ni ser tan dejado y olvidadizo. Bien que me gustaría sentarme a menudo con ellos, tomar unas copas o un café y hablar de tantas y tantas cosas en común que el tiempo y la distancia han torpedeado. Bien que he necesitado de vez en cuando una llamada preguntando ¿cómo estás?, cosa que no he hecho yo mismo con ellos. Me duele muchísimo (incluso más que la hipocresía) que la amistad que yo creía irrompible, fuerte y verdadera, se vaya diluyendo entre quedada y quedada... de forma que aquello que todos disfrutamos en su momento ahora se convierta en recuerdos.
Recuerdos que nunca se olvidarán.