La previa
Todo comienza el viernes después del trabajo, cuando me pego un paseito tras mucho meditarlo y consultarlo con mi Pepita Grillo, hacia la estación de Innsbruck. Allí, me encuentro con que al final me sale algo más barato el billete hacia Viena, gracias a la Eurocopa...El sábado estuve preparando mi viaje y paseando un rato por Innsbruck, donde había conciertos en las zonas para fans o Fan Zones preparadas para la Euro08. Sobre la estación pues no está nada mal, tiene sus servicios y todo eso... y el sábado estuve allí un buen rato esperando a mi tren, que al ser nocturno, salía sobre las 00:42, para llegar a viena a las 7:30 de la mañana.
Llegada a Viena
El viaje fue un auténtico infierno, porque claro, iba en segunda clase y en sillones, que aunque no eran malos, no es lo mismo que una cama. Así que habiendo dormido poquísimo, y con unas grandes ojeras, llegué a Viena para dirigirme presto hacia el Team Ticketing Point de España (para los legos, las taquillas), no sin antes haber visto el TTP de Alemania con sendos carteles de Sold Out.Total, que llego a las taquillas, y había una pequeña cola esperando. Dos horas de espera hasta que abrieran, por si acaso quedaban entradas, aunque había poca esperanza. Cuando finalmente abren, nos dicen que nones... que sólo para recoger las reservadas y para casa. Alguno por ahí, que llevaban toda la noche durmiendo allí, se cabreó bastante y hubo momentos tensos, pero no pasó nada más. Luego a un cuarto de hora para que empezara el partido me acerqué por si sonaba la flauta, y tenían algunas entradas de reservas sobrantes de Categoría 1 (sobre los 550 €)... así que no pudo ser.
De todas formas, por la mañana, una vez que tenía todo el tiempo del mundo hasta la hora del partido, me fui a conocer un poco más la ciudad, puesto que ya había estado en ella pero no la había visitado demasiado. Así que ni corto ni perezoso me dirigí hacia el estadio de Ernst-Happel, a ver qué se cocinaba por allí. Mucha peña intentando conseguir entradas, y puede que revendiéndolas también... Después de darme una vueltecita por el tinglado, se me ocurre la genial idea de seguir un cartel que me llevaba a una estación de metro que estaba a "15 minutos"... pues sería en coche, porque lo que es andando no veas la paliza. Eso me mató bastante, pero bueno, seguí con mi plan previsto de visita de la ciudad.
Mi siguiente parada fue el centro neurálgico de Viena: Stephansplatz. Allí pude visitar la catedral gótica de San Esteban, preciosa por dentro y por fuera, y atestada de gente, principalmente por fuera. Alemanes y españoles por doquier con cánticos y cerveza en mano preparándose para el partido. Y algún que otro personaje:
Dentro de la catedral había misa, así que fui a dar una vuelta por la zona, viendo a la cantidad de aficionados de ambos paises (bueno, y austriacos también había... que por cierto animaban sobre todo a España), y a comprarme un poco de comida típica para almorzar: ein würst und ein bier. Que sanos estos austriacos jajaja.
En fin, después de la comida, decidí visitar el interior de la catedral, el cuál también es precioso, y seguidamente hice un intento de encontrar entradas de nuevo... como todo hijo de vecino estaba haciendo en Viena ayer. Aunque alguno estaba incluso algo "desesperado"...
Una vez hecha la visita de rigor, infructuosa por supuesto, me dirijí ya al FanZone de Viena... Una extensión bárbara entre el ayuntamiento y el teatro totalmente vallada con más de 10 pantallas gigantes, montones de puestos de bebida y comida, tiendas, y por supuesto... gente a mansalva. Cuando empezó el partido de hecho no cabía un alfiler.
Además el paraje era chulísimo, desde el ayuntamiento al parlamento, pasando por el palacio imperial. Aproveché además para comprarme un set de aficionado españolito (R) que consistió en una camiseta no-oficial de la final pero que está chula (10€), una bufanda oficial de españa (15€), y una gorra de la sede de Innsbruck de la Euro (15€). Para todo lo demás...
En fin, que ya ataviado con toda la parafernalia que me identificada como Spaniard, y no sin antes intentar por tercera vez conseguir una entrada de última hora, me busqué mi huequito para cantar el gol de Torres como el que más (con varios austriacos mirándome raro) y con cánticos y moviendo la bufanda al viento. Me costó trabajo encontrar españoles entre tanta gente, pero alguno encontré y me uní a ellos. Y la fiesta fue completa... se acabaron los malos augurios. No sólo pasamos de cuartos, sino que ganamos el campeonato!!!!!!!!! Después de botar un rato, me fui para coger mi tren nocturno de vuelta para ir a trabajar. En fin, un fin de semana de campeonato, que lo tuvo casi todo para ser perfecto.
Sólo faltábais vosotros.