Réquiem

La vida te sobresalta cuando menos lo esperas, cuando más desprevenido estás, cuando todo parece tan fácil. La vida te golpea con su crudeza y sientes que está ahí, detrás de cada momento, acechando. En cualquier momento puede pasar. Y la vida se va. Y el resto del mundo sigue su camino, mientras unos pocos nos quedamos congelados en un momento infinitesimal, en el que te das cuenta cuán cruel es el destino.

Cuando todo parece que funciona, cuando todo nos parece perfecto, todo acaba en ese momento. El frío intenso que pasa por nuestro corazón nos quita el velo, y nos deja sin palabras. Así me siento, cuando veo a mi amigo llorar por aquella gran mujer que voló lejos, pero que a la vez sigue estando aquí cerca, entre nosotros. Es muy duro, sobre todo para él y el resto de su familia. Nadie debería nunca pasar por esto...

Muchos otros se han ido de mi lado, y siempre te queda la sensación de que te faltó tiempo. Un momento sólo, para decirles lo que sientes por ellos, lo que han sido en tus vidas, todo lo que te han dado y lo que tú no supiste darles, no por no querer, sino por no saber el momento de hacerlo. Y cuando es demasiado tarde, todo lo que queda es su recuerdo. Recuerdo y unas lágrimas, como las que ahora afloran en mis mejillas, lágrimas de añoranza, y de amor quizás no lo suficientemente mostrado en el pasado, que ahora irrumpe desde las profundidades del alma.

Por ellos, mi abuela Concha, Dani, mi abuela María, Coral... y por los que quedamos aquí, especialmente por Francis, Mirian, y su familia, que ahora pasan momentos muy duros y difíciles, quiero dedicarles esta canción, para que los que estén arriba nos esperen allá donde estén, pues tenemos que vivir, y cuando muramos, iremos allá dónde ellos estén, para charlar junto a ellos. Entonces, les diremos todo aquello que se nos quedó en el tintero y que ahora les susurramos entre sollozos, esperando que nos oigan. La vida sigue, y a partir de hoy, el lamento debe dejar paso al recuerdo vivo, y a la esperanza. Se lo debemos a ellos.

Réquiem - Mago de Öz
Ahora que ya tu no estás aquí
siento que no te di
lo que esperabas de mí.
Ahora que ya todo terminó
a quien de mi te alejo
yo le quisiera pedir.

Que me deje sólo un día más
para poder hablar
de lo que eras para mí.

Que me deje disfrutar
de tu voz, y contemplar
tus ojos una vez más.

Te escribo estas líneas
en papel,
espero que donde estés
el correo llegue bien.

Por aquí todos estamos bien
luchamos por seguir
como aprendimos de ti.

Echo de menos
el llegar y oír tu voz,
Echo de menos
no tener tu apoyo, ¡no!

No creo en el más allá,
no sé dónde buscarte
y aquí no estás.

No creo en la eternidad
necesito encontrarte
y estar en paz.

Necesito terminar
lo que un día empezamos
a planear.

Lo que quiero es tenerte
y no recordar.

Espera donde estés
pues tengo que vivir
y cuando muera iré
a charlar junto a ti.

No he apreciado
lo que he tenido,
no lo he apreciado
hasta que lo he perdido.

Y si la fortuna o el azar
me dan la oportunidad
de volvernos a ver.

Juro que jamás te ocultaré
lo que hay dentro de mi ser
te abriré mi corazón.

Te echo de menos;
un beso, adiós, cuídate,
no nos olvides, muy pronto,
nos volveremos a ver.

Ahora que ya tú no estás aquí...

Os quiero a todos, estéis allí, o aquí...