Bueno, al caso, el motivo de este post, empezado desde hace tiempo pero inacabado por mis quehaceres, era resumir el resto de Semana Santa que pasé en Coria... concretamente en mi despacho salvo por algunos momentos que son los que voy a relatar.
En primer lugar, hablando de lo divino, el Martes Santo salimos a ver PuRiRuRi y yo a la hermandad de San José... y vaya hartón de esperar... para haber visto solo una sí que volvimos cansados, aunque teniendo en cuenta el cansancio acumulado pues claro... en fin, al menos probamos una pizzeria de al lado de casa y no está mal para un desavío ;)
El miércoles y el viernes, entre lluvia y visitas agradables, no hubo salida procesional jejej... bueno, y el Domingo de Resurrección, muy a pesar mio, tampoco, pero es que levantarse a las 7 con el sueño que hacía... va a ser que para el año que viene.
Aparte de eso, el Jueves Santo, el que suscribe, salió cámara en mano solito (que PuRiRuRi estaba malita de la garganta) a ver una cofradía que me hacía especial ilusión ver, ya que al recogerse (y al salir, claro) lo hace por una escalinata de unos 50 metros de un tirón, y es impresionante de ver. De todas formas, la anécdota que quiero hacer constar aquí es una curiosidad que ocurre en la última calle que sube la hermandad del Cerro. Los balcones de las casas, engalanados con telas rojas durante toda la Semana Santa, el jueves son cambiadas por telas verdes, al igual que la túnica de los nazarenos de esta hermandad.

Por otro lado, respecto a lo humano, el miércoles tuvimos a Nietzche y pareja, cenando y jugando al día siguiente a EoJ y Warmachine. Un rato la mar de agradable que pasamos, viendo de paso un muy buen anime que os recomiendo: Paprika. Y jugando a Warmachine vs. Hordes, tuvimos un momento cuasi-semana-santero ;) en forma de mi ejército de Menitas, y una maravilla que Nietzche me ha pintado, el Portador del Monolito:
En resumen, a pesar de haber sido una Semana Santa muy casera, y trabajando, la compañía y las eventuales salidas a estirar las piernas y ver procesiones a hicieron mucho más llevadera. Eso sin contar a la que me aguanta aquí, que consigue hacerme desconectar de vez en cuando. Al menos sé que las risas que oía desde arriba indicaba que tenía muchos amigos a su alrededor :)
Y vaya si me alegraban el día esas risas...